Uno de los viajes más memorables
de mi vida lo realicé cuando mi padre quiso junto a toda su familia esperar la
llegada del nuevo milenio en el “Centro del Mundo” ("The Crossroads of the
World") como el solía llamar a Times Square, esa ultra famosa zona de
Manhattan y pensándolo bien, ¿Qué mejor lugar para experimentar el arribo del año
2000 y toda la locura alrededor de esa monumental fecha?
Llegando esos últimos meses del Siglo
20 presenciábamos por un lado la paranoia llamada Y2K, para los lectores más
jóvenes el Y2K (Year 2000) fue una hipótesis de un posible colapso tecnológico cuando
los relojes internos de las maquinas arribaran a 11:59:59, esto podría en
teoría proceder a un crash de todo lo que tenía un componente de computación,
osea todo. Como sabemos no sucedió, pero la preocupación era real, gobiernos y
grandes corporaciones tomaron todas las medidas preventivas. Por el otro lado, esa
vuelta única al calendario traía consigo la promesa de un nuevo comienzo para
la humanidad ¡El año 2000!, una realización universal de que se había llegado
al “futuro” de las películas y literatura. Por consiguiente, todo a nuestro
alrededor empezaba a reflejarlo, por ejemplo, de buenas a primeras estéticamente
el color plateado metalizado dominaba en las mercaderías, en la moda de ropa y
de casa, dicho color combinado con tonalidades de azul brillante recuerdo
dominó la navidad del 1999 y en el mismo orden el uso de papel holográfico en
los empaques comerciales estaba omnipresente así como las imágenes lenticulares
en artículos del día a día para anunciar un rompimiento con el statu quo del
diseño industrial.

No es fortuito que desde los
inicios de la Ciencia Ficción (Finales del siglo XIX) se profetizaba con el muy
lejano año 2000 y se marcaba como un venidero momento singular en el futuro de
la humanidad, con carros voladores, androides conviviendo entre nosotros, vestimenta
uniforme y la comida instantánea son solo algunas de las ideas plasmadas en la
imaginación de esos escritores, pero cuando literalmente llegamos a ese
momento, nos dimos cuenta de que muchas de esas fantasías no se hicieron
realidad, la humanidad se quedó corta con ese mundo soñado. Eso no detuvo el entusiasmo
de conmemorar el hito en el mundo del Marketing, las marcas celebraron el 2000
con versiones exclusivas que cambiaban su identidad visual para estar más
acorde con “el futuro” de Jules Verne, Isaac Asimov, Robert Heinlein y Arthur
C. Clarke. George Jetson hubiera estado satisfecho con cualquiera de esos
productos.

PORSCHE 911, MONOPOLIO, JOHNNIE
WALKER, EVIAN, SEA DOO, COURVOISIER y BARBIE son solo unas de los tantas que
introdujeron la versión MILLENNIUM a su portafolio, un sinnúmero de películas y
productos incluyeron el número 2000 en su título o nombre, en mi caso FANTASIA
2000 de Walt Disney guarda un lugar especial.
Décadas antes hubo casos
similares, podemos citar el periodo post 2da guerra mundial donde todo parecía
ser “Atómico” inspirado en ese motif, también una década después citamos la
fiebre del “Jet Age”, con la introducción del Jet en la aviación comercial
muchas campañas comunicacionales se afincaban en esto para ser parte del ZEITGEIST.
En conclusión, es extremadamente importante para las marcas líderes de opinión estar
a la vanguardia, ser “Hip and Cool” y en el 1999 nada acaparaba la atención del
conglomerado como la conmoción de finalmente haber llegado “al futuro del año
2000”.
Identidades establecidas como
Volkswagen, Pepsi-Cola, Chevrolet, John Deere, SAP, Microsoft, Reebok, Doritos
y prácticamente todos los restaurantes de comida rápida (Pizza Hut, Burger
King, Taco Bell, Kentucky Fried Chicken) cambiaron su logotipo a una versión
futurizada. Hasta la ultra tradicional Coca-Cola, que guarda celosamente tanto
su fórmula como su imagen, introdujo a inicios del nuevo milenio su campaña “Keeping
it real” conteniendo una versión de su logo optimizada con la inclusión de una
dinámica banda inferior de colores metalizado y amarillo acompaña de burbujas tridimensionales.
El mundo de los deportes no fue
inmune, en el caso del Béisbol la fiebre del Millennium alcanzó una cúspide
única con la puesta en marcha de la promoción “Turn Ahead the Clock” donde los
equipos mostrarían los uniformes que usarían en el futuro, más específico en el
lejano ¡2021! De los treinta equipos solo ocho rechazaron la oportunidad de re
imaginar cómo se verían sus franquicias en el futuro lejano y claro los aburridos
Yankees fueron uno de estos, siendo el otro equipo de NY, los Mets, los que
adoptaron el concepto a toda capacidad, utilizando lingo del Poker, los Mets se
fueron “All In” con esta promoción cambiando momentáneamente hasta su
localidad, reubicándose de Nueva York al planeta MERCURIO, repito
¡Pasaron
por de ser los New York Mets a los MERCURY METS!

Las franquicias de la NBA por
igual actualizaron efímeramente su logotipo, los 76ers, Pistons, Nets, Mavericks
y Washington Bullets cambiaron drásticamente lo que en muchos de los casos fueron
emblemas que estaban desde su constitución. En el caso del equipo de la capital
estadounidense, cambió hasta su nombre, siendo a partir de ese momento más
políticamente correctos como los Washington Wizards.
Con el pasar de los años todo retrocedió a su
lugar, las marcas volvieron a sus iconos tradicionales y conocidos reforzando
el heritage perdido temporalmente, aun así, en las crónicas del Marketing
quedará recordado ese especial momento del cambio de siglo cuando las marcas
sufrieron una chifladura colectiva.
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